Los chupetes son uno de los complementos obligatorios para un recién nacido. Junto con los patucos, el carrito o la cuna, los chupetes serán los objetos que acompañen a los niños en sus primeros años de vida. Sin embargo, éstos son un objeto tan necesario como peligroso para los recién nacidos; y no porque haya algún tipo de riesgo de que se pueda tragar sino más bien por las deformaciones que puede causar al bebé en la boca.
En primer lugar hemos de comentar que los chupetes nacen con la necesidad de que los niños puedan succionar algo que no sea el pezón de la madre; sin embargo, existen muchas contraindicaciones con este objeto. Si nos fijamos bien, cuando un bebé succiona un pezón también abarca parte de la aureola, por lo que tendrá que abrir la boca de forma completa para poder abarcar todo. Cuando un bebé succiona un chupete no necesita tener la boca tan abierta, de modo que éstos pueden hacer que el bebé no succione de forma correcta un pezón y, como consecuencia, que no se alimente bien.
El otro gran problema que origina el chupete es que puede causar malformaciones en el cielo del paladar; además de acentuar otros problemas como las arcadas dentarias (no provocarlas pero sí acentuarlas). Si a esto le sumamos que, mal utilizado al prolongar su uso más tiempo de lo debido, pueden afectar a los futuros dientes de nuestro bebé, es importante que para que no afecte a la salud bucal de nuestros hijos.
Te esperamos en nuestras clínicas de Mérida y Almendralejo.