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En este nuevo artículo queremos incidir en un tema que, si bien mucha gente ya conoce, la mayoría de las veces no ponemos en práctica.

El veloz ritmo de vida actual, compaginando una extensa jornada laboral con las tareas diarias del hogar y el cuidado de nuestros seres queridos más cercanos hacen que, a pesar de preocuparnos por nuestra salud bucal y ser aseados, no prestemos la debida atención a cómo realizar de la manera más conveniente para nuestra boca ciertos movimientos beneficiosos para nosotros.

Por eso, hoy, os proponemos una serie de normas con las que lograr mayor efectividad en el momento en que tengamos que ir a nuestro baño para usar nuestro cepillo de dientes.

 

CEPILLADO CORRECTO

– Inclina el cepillo en un ángulo de 45º contra el borde de la encía y deslízalo desde ese mismo punto hacia adelante.

– Cepilla suavemente tanto el exterior como el interior y la superficie de masticación de cada diente con movimientos cortos hacia atrás.

– De igual manera, haz un cepillado suave a lo largo de la lengua para eliminar las bacterias y refrescar el aliento.

 

USO DEL HILO DENTAL

– A la hora de cortar un pedazo de hilo dental, lo ideal es hacerlo a un tamaño aproximado de 45 cm de hilo, dejando entre 3 y 5 centímetros libres una vez enrollado en nuestros dedos para trabajar los dientes.

– Sigue suavemente la curva de los dientes. Al aplicar un deslizamiento ligero pegado a la pieza, evitamos enganches indeseados que puedan dañar tanto la dentadura como nuestras encías.

– Así mismo, asegúrate de limpiar correctamente debajo de la encía evitando golpear el hilo contra la misma ya que, de otra manera, podemos perjudicarla.

 

Como siempre y porque nunca está de más, para terminar os recordamos la importancia de cepillarse los dientes como mínimo 3 veces al día, coincidiendo siempre con el final de cada comida.