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Ya en el siglo XVIII en el continente europeo comienza a utilizarse el objeto que, tradicionalmente, conocemos como cepillo de dientes.

Está formado por dos partes claramente diferenciadas: mango y cabezal. A lo largo de los tiempos el mango ha ido adquiriendo diferentes diseños y, aunque no existe ningún estudio que certifique si es mejor el recto o el curvo, los fabricantes aseguran que los curvados llegan mejor a zonas posteriores. A esto hay que sumar los mangos con codo flexible que, según sus diseñadores, alcanza zonas de la boca de acceso más complicado.

La cabeza está compuesta por penachos de filamentos existiendo cabezales de diferentes formas y tamaños. Las cerdas que los componen son la parte más importante del cepillo como veremos a continuación.

Los primeros cepillos usaban cerdas naturales para, posteriormente, incorporar fibras sintéticas hasta la actualidad, momento en que se da paso a filamentos de nylon y fibras de poliéster. Debido a la «tecnología» existente en siglos pasados, no era posible crear terminaciones con punta redondeada por lo que, las cerdas naturales, producían microtraumatismos en dientes y encías. Por este motivo están en desuso siendo sustituidas por las artificiales.

En la actualidad existen diferentes filamentos para cada tipo de usuario en donde difieren el diámetro y longitud de los mismos. Ellos son los que crean los cepillos de dientes de diferentes durezas: blandos, medios y duros. Como breve apunte, desde MPDental recomendamos siempre a nuestros pacientes el uso de cepillos de dureza media a no ser que exista una patología bucal que aconseje cepillos más suaves.

Otro factor a tener en cuenta en los cepillos es el número de hileras de penachos de filamentos ya que estos varían de 2 a 6. ¿A qué se debe ésta diferencia?

Aquellos que presentan 2 ó 3 hileras de filamentos son los llamados cepillos periodontales y se usan para eliminar la placa bacteriana presente debajo de la encía. Los cepillos de 4 a 6 hileras son para uso normal, para las personas que no tienen problemas bucales.

Para terminar, los que tienen capuchón cerrado son más higiénicos al encontrar mayor aislamiento aunque, otros profesionales, aseguran que son más efectivos los capuchones con agujeros para favorecer la aireación del cepillo.

MPDental aconseja cambiar el cepillo dental con frecuencia, entre los 2 y 6 meses, para mantener una duración efectiva a más largo plazo.