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La salud bucodental de un niño debe cuidarse desde el momento de su concepción, ya en el embarazo se producen una serie de cambios que pueden repercutir en la boca del bebé aumentando su riesgo de caries. Por este motivo es importante que la mujer acuda a su odontólogo cuando sepa de su embarazo, para revisar cualquier problema que pudiese ocurrir. De esta forma el odontólogo podrá asesorar a la embarazada sobre el adecuado cuidado de su propia salud bucodental, ya que en los primeros años de vida de un niño, los gérmenes orales maternos serán los principales responsables de la colonización bacteriana de la boca del niño y la posterior formación de caries.

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Los dientes “de leche” o “temporales” suelen empezar a erupcionar en torno a los 6 meses de edad, a los dos años y medio el bebé ya suele tener todos sus dientes temporales en boca.

Muchos padres se preguntan a qué edad deben comenzar a limpiar los dientes de sus hijos. Esta higiene debe empezar desde el nacimiento del bebé, primeramente limpiando sus encías después de cada toma o al menos una vez al día con una gasa empapada en agua. Cuando erupcionen los primeros dientes puede comenzar a utilizarse un cepillo adecuado a la edad del niño.

Hay que tener en cuenta una serie de pautas sobre el cepillo dental: éste debe ser renovado cada 3 meses, debe lavarse y secarse después de cada uso, evitando que contacten las cerdas con las de otros cepillos, y sólo debe ponerse el capuchón cuando esté bien seco.

En cuanto a la cantidad de pasta, en niños menores de dos años debe utilizarse únicamente el cepillo dental o una pasta sin flúor para evitar su ingesta. Entre los 2 y los 6 años puede colocarse una cantidad de pasta similar a medio grano de arroz y con bajo contenido en flúor (menor de 500 ppm). A partir de los 6 años puede utilizarse una cantidad de pasta similar a un guisante a una concentración de 500 – 1000 ppm, evitando en todo momento la ingesta de pasta dental y teniendo en cuenta que lo más importante en el cepillado dental es la acción del cepillo.

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Los colutorios deben ser fluorados sin alcohol y se pueden utilizar a partir de los 5 o 6 años de edad, siempre y cuando el niño sea capaz de utilizarlo sin tragarlo.

Para los niños el cepillado dental puede ser algo más complicado que para los adultos, ya que requiere una cierta destreza manual, por ello debe ser revisado por los padres al menos una vez al día hasta que el niño cumpla los 9 años de edad. Lo correcto es realizar un cepillado dental después de cada comida, y siempre antes de ir a dormir, ya que durante la noche disminuye la producción de saliva y se produce un ambiente más favorable para el desarrollo de la caries. El cepillado nocturno es el más importante del día, por ello si es posible, lo ideal sería revisar dicho cepillado.

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Otra pregunta frecuente suele ser la edad a la que un niño debe comenzar a ir al odontólogo. Lo ideal sería que el niño empezase a ir durante el primer año de vida, o a los dos años como máximo, ya que a esta edad habrán erupcionado todos los dientes temporales y debemos recordar que desde el momento que el diente aparece en boca puede aparecer la caries. Posteriormente se realizará una revisión cada 6 meses. De esta forma conseguiremos que el niño se acostumbre a las revisiones odontológicas, se inculcarán unos correctos hábitos de salud oral y el niño aprenderá a considerar a su odontólogo como una parte más de su entorno. Los tratamientos más frecuentes en niños serán aquellos que prevengan alteraciones de su salud oral, el tratamiento de traumatismos o “golpes” en los dientes temporales que podrían afectar al diente permanente, el tratamiento de caries de aparición temprana, etc. Así mismo podrán detectarse problemas de oclusión o de mordida, cuyo tratamiento temprano podría evitar tratamientos más complejos en el futuro.

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Existen también una serie de hábitos que podrían perjudicar la salud oral de los niños, alterando el crecimiento de los maxilares y provocando una alteración de la mordida, entre ellos destacan los siguientes:
– Un uso prolongado del chupete (debe retirarse entre los 12 y los 18 meses de edad).
– La succión del dedo
– Respiración oral
– Interposición lingual
– Morderse las uñas u otros objetos

También existen otra serie de hábitos que pueden incrementar el riesgo de caries en los niños:
Darles un chupete impregnado en una sustancia azucarada (miel, chocolate, zumos, etc).
Permitir que el bebé se quede dormido con el biberón en la boca.
Limpiar la tetina del chupete con nuestra saliva, probar la comida del bebé con su mismo cubierto o soplar su comida. Ya que con estas acciones estaremos transmitiendo nuestras bacterias orales a la boca del niño.

Es importante recalcar la figura del odontopediatra, son odontólogos especializados en niños, que realizan tratamientos preventivos, diagnósticos y terapéuticos desde la infancia hasta la adolescencia, incluyendo además a los niños con necesidades especiales. Ellos son los profesionales de la salud mejor capacitados para cuidar la salud bucodental de los más pequeños.

Finalmente tenemos que tener en cuenta que si conseguimos que el niño tenga una dieta equilibrada sin un excesivo consumo de azúcares, visite regularmente a su odontopediatra y lleve a cabo una adecuada higiene oral, podremos evitar la caries y otros problemas bucodentales.

Te esperamos en nuestras clínicas de Mérida y Almendralejo.